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miércoles, 17 de noviembre de 2010

Ferrari se disculpa por el error de la última carrera



Ferrari asumió la responsabilidad con gallardía. De forma sorprendente y en el contexto de un deporte en el que se echa la culpa al empedrado, la escudería italiana se señaló a sí misma con el dedo por el título mundial que no ganó Fernando Alonso en Abu Dhabi. Ferrari aceptó el pecado de la vuelta 15 y pidió, a su manera, perdón.
Los pilotos siempre se quejan de los coches lentos y los equipos tachan de inútiles a los conductores que no entienden la complejidad de sus bólidos. Eso pasaba en la Fórmula 1 hasta el pasado domingo. Ferrari admitió que los integrantes de su muro, los estrategas que manejan la pizarra, fallaron al ordenar a Alonso que parase en el garaje a cambiar ruedas.

Fue una táctica excesivamente conservadora, al estilo del 'catenaccio' de los equipos italianos de fútbol. En estas situaciones, los pilotos en teoría obedecen. Sus ingenieros son sus ojos respecto a lo que sucede en otras partes de la pista. Alonso aceptó sin rechistar el mandamiento, aunque conociendo su perspicacia y su sagacidad para interpretar el mapa de las carreras, sorprende que él mismo no dijera que era una barbaridad.
Domenicali, el jefe de equipo, empezó asumiendo el gran error con sus declaraciones. «Hicimos una táctica equivocada y las razones son tres: marcamos a un adversario con dos coches; tuvimos miedo a una excesiva degradación de los neumáticos blandos; y no consideramos en su magnitud la dificultad de superar la gran cantidad de tráfico que teníamos por delante». Por primera vez en mucho tiempo, los portavoces de Ferrari y la prensa española estuvieron de acuerdo en los matices. Alonso falló en la salida, sí, pero Ferrari arruinó su asalto al título con la decisión errónea. Se escuchó la palabra «disculpas a todos» en el equipo rojo.

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